Ser agredidas en casa y acosadas en las calles son solo algunas formas en las que las jóvenes en Ayacucho experimentan la violencia.
Alumnas de secundaria del Colegio Nacional Gran Unidad Mariscal Cáceres en Ayacucho manifestaron ser testigos de múltiples formas de violencia contra la mujer.
Ellas son descendientes de familias desplazadas que habitan en los barrios periurbanos de la ciudad de Huamanga y, a su corta edad, compartieron historias cercanas sobre violencia familiar, sexual y psicológica.
Esta demostración forma parte de la campaña Cartas de Mujeres, orientada a prevenir y erradicar la violencia de género.
Según las adolescentes en muchas familias se espera que ellas asuman también el papel de amas de casa. “Como lo que le pasa a mi amiga que cuando su papa llega, ella tiene que atenderle, aún cuando está ocupada en otros quehaceres, y peor aún cuando su papá puede servirse. Sino le sirve la comida él la golpea”, narra una misiva.
Otras refirieron ser acosadas en las calles por jóvenes y adultos, hostigadas con comentarios, miradas o conductas obscenas. “Aunque no parezca una forma de violencia sí lo es porque intimida e incomoda”, explican.
En el año 2012 el Centro de Emergencia Mujer de Ayacucho registró 384 casos de violencia familiar tan solo en la ciudad de Huamanga.