Documentales realizados por las propias comunidades amazónicas y quechuas exploran la identidad y cultura de nuestros pueblos.
Un proyecto audiovisual puede ser una forma de reconocerse y encontrarse. Cada vez que los miembros de una comunidad indígena graban y cuentan sus historias, narran también una forma de entender el mundo.
“El objetivo es que nosotros podamos ser los protagonistas, no solo frente a cámaras, sino también detrás”, dice el ayacuchano Junior Felix Huaytalla Ponce, quien participó en un reciente foro sobre la experiencia de elaboración de documentales participativos, organizado por el Ministerio de Cultura.
Como parte de la Semana de la Diversidad Lingüística y Cultural se programó la proyección de documentales realizados por las propias comunidades amazónicas y quechuas, de las regiones de Amazonas y Ayacucho. Representantes de cada iniciativa – entre ellos el joven Félix Huaytalla- comentaron sus experiencias. “Queremos construir un sistema de comunicación colectivo, horizontal de los pueblos originarios”, dijo.
Huaytalla y jóvenes de la provincia de Vilcashuamán en Ayacucho participan de una experiencia de formación audiovisual promovida por CHIRAPAQ, Centro de Culturas Indígenas del Perú, con el apoyo de OXFAM.
El joven realizador ayacuchano es también miembro de la Coordinadora Nacional de Comunicación Indígena, CONACIP, y la Red de Organizaciones de Jóvenes Indígenas del Perú, REOJIP.
El tema abordado por CHIRAPAQ fue plasmar el sentimiento mágico-religioso de los indígenas en historias como “La flor que vive”, donde se narra el uso de las hierbas medicinales para curar enfermedades en la comunidad de Hercomarca. O la historia de la Mamá Julia, en el poblado de Sarhua, una anciana que lee el futuro en las hojas de coca. O los esfuerzos en Llaqtaypa Kawsaynin (La vida de mi comunidad), un proyecto audiovisual elaborado por los pobladores de Chanen acerca de las vivencias en su comunidad.
Un trabajo similar fue “Mi nombre es Indígena”, de Warmayllu, producida por estudiantes indígenas de la Universidad Nacional Intercultural de la Amazonia, UNIA, y que aborda los problemas de discriminación, pero también los sueños de tres jóvenes universitarios que quieren ser profesionales para servir a su comunidad. Según la representante de Warmayllu, Sara Paredes, los jóvenes se encargaron del proceso de investigación, elaborando bitácoras, entrevistas y fotografías para identificar las tres historias y realizar los guiones.
En el video Ijuna Takat (Trabajemos Juntos), de Alexander Muñoz, del Taller Ambulante de Formación Audiovisual, TAFA, se narra como este grupo fortalece otras formas de expresión como la ficción teatral a través del audiovisual.
Muñoz hizo hincapié en la necesidad de mostrar estos trabajos a los funcionarios públicos “porque es por ellos que tropezamos a la hora de buscar financiamiento, apoyo y respaldo”.
Al evento también asistió el reconocido documentalista, Fernando Valdivia, quien puntualizó la necesidad de difundir más estos proyectos audiovisuales. “De nada sirve hacer este esfuerzo de meses para producir obras que reflejan la cultura de estos pueblos originarios, si no hay espacios de difusión permanente”, concluyó.
Asimismo Valdivia señaló que todavía existen barreras que no permite desarrollar la interculturalidad y cambiar es el pensamiento descolonizador para entregar las herramientas audiovisuales a las comunidades indígenas.
Al respecto, Huaytalla destacó la importancia de que sean los propios pueblos indígenas quienes se apropien de estos instrumentos a fin de narrar sus historias desde su propia visión.