Testimonios sugieren que grupos armados estarían invadiendo el parque nacional más grande del Perú.
Un artículo del diario The Guardian, escrito por el periodista David Hill, hizo eco este martes a las denuncias realizadas por organizaciones indígenas de Perú y Brasil que hablan sobre narcotraficantes -armados y peligrosos- que recorren la frontera entre ambos países.
El reciente desplazamiento de indígenas no contactados reportado el pasado julio en la comunidad de Simpatia -ubicada en los márgenes del río Envira en Brasil- habría sido provocado por un ataque a esta población de parte de grupos armados.
La nota recoge el testimonio del traductor Zé Correia, quien señaló que “la mayoría de los mayores fue masacrada por hombres blancos de Perú quienes les dispararon y quemaron sus casas (…) Murieron tantos que no pudieron enterrarlos a todos y sus cuerpos fueron devorados por los buitres”.
Si bien se conoce que madereros ilegales han disparado y asesinado a indígenas en el pasado, en esta ocasión las organizaciones señalan a los narcotraficantes como los responsables.
En 2011 la Fundación Nacional del Indio, FUNAI, de Brasil reportó un ataque a una comunidad en las márgenes del mismo río.
En el Perú la organización amazónica AIDESEP informó del descubrimiento de campamentos y casquillos de bala en la región, que probarían la presencia de narcotraficantes.
A través de un comunicado denunciaron que por años los pueblos indígenas en esta frontera “han sido utilizados por las personas que transportan la droga de Perú a Brasil”.
El parque Nacional Alto Purús ubicado en Madre de Dios -donde se habrían producido estos hechos- es el hogar de pueblos indígenas en aislamiento voluntario.
El representante en el Perú de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Humberto Chirinos, dijo a The Guardian que Brasil es el “nuevo mercado” para la industria de la cocaína en el Perú, tanto para su consumo doméstico como para su exportación a Europa.
Foto: Soldepando /Lea la nota completa aquí.