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22 marzo, 2022

El agua: lejos de ser un derecho

Hoy conmemoramos el Día Mundial del Agua y pese a haber sido reconocido por la ONU como un derecho humano y ser considerado un derecho en la constitución del Estado peruano; el agua aun no cuenta con la infraestructura ni gestión suficientes para satisfacer las necesidades de una gran parte de la población rural.

Foto: Luisenrrique Becerra Velarde

Saurama es uno de los ocho distritos que conforman la Provincia de Vilcas Huamán (Ayacucho). Uno de sus principales problemas es la escasez de fuentes de agua potable cercanas a las comunidades, lo que impide que puedan tener oportunidades de desarrollo en sus propios territorios. Con estas características del terreno los habitantes de esta zona no pueden cultivar, deben bajar durante dos horas al valle a sembrar hortalizas, maíces y frutales, pero la escasez de agua aún permanece.

Para ciudadanos y ciudadanas que viven de la agricultura y ganadería esperar las lluvias para sembrar y continuar trabajando no solo significa una pérdida de tiempo.

Hace dos meses después de solicitar y recibir ayuda para abastecerse de materiales, los comuneros reunidos en el valle y cansados de lo que sucedía caminaron durante cinco horas para identificar una fuente natural de agua, hasta que llegaron a Pichccapuqio, en este punto se construyó una poza de captación de agua para trasladar dicho recurso de regreso a Saurama; desde ahí se instalaron tuberías que juntas tienen una extensión de ocho kilómetros.

Para instalar estas tuberías los comuneros han transitado por zonas muy accidentadas, por las que no se puede caminar. Sin maquinaria, ni tecnología y frente a esta situación, ellos construyeron sus propios arneses con cuerdas y se colgaron por turnos desde la cima de los cerros para asegurar el trayecto de las mangueras.  Después de la instalación de los ocho kilómetros, el agua llegó al reservorio de Sulcabamba donde se van a construir líneas de distribución de agua para cada chacra, cuyos turnos serán organizados por una junta de regantes.

Sergio Vargas (30) fue uno de los comuneros que trabajó en la instalación de las mangueras, una mañana mientras terminaba de peinar a su hijo Thiago (4), su esposa Primitiva Rojas (32) le pidió ayuda para pelar la gallina que había matado minutos antes para preparar un caldo en el desayuno. Sergio cargó una olla de tres litros de agua hirviendo, la colocó cerca de su esposa y se sentó a su lado, la cocina llena de humo y vapor consumía a la pareja hasta desaparecerla por momentos. De pronto, Primitiva salió de su cocina con una olla vacía, a la espalda de su casa tiene el agua almacenada en baldes sellados a presión, ella llenó la olla hasta el tope y regresó apresurada a seguir con la preparación.  Dos horas después y con los alimentos listos, Primitiva preparó dos litros de manzanilla para desayunar junto a su familia de 4 personas.

Los esfuerzos de comuneros y comuneras por gestionar y construir infraestructura para distribuir de manera sostenible el recurso hídrico se fortalecen con una importante practica ancestral: la siembra de agua.

En las alturas de la comunidad de Escorno mujeres, hombres y niños trabajan en la abertura de zanjas en la tierra durante jornadas de siete horas, que solo se interrumpen por fuertes lluvias o la llegada de la noche. Comuneros y comuneras trabajan en una técnica que alimenta los ojos de agua en las partes bajas, almacenando y redireccionando el agua de lluvia que se empoza en las zanjas cavadas y luego se filtra por la tierra hasta llegar a ellos.

La  Putacca y los Queñuales son arbustos que generan y mantienen la humedad, se siembran alrededor de los ojos de agua y debajo de las zanjas que se usan para la siembra de dicho recurso. La reforestación con estas especies mejora las condiciones de los espacios que velan por el almacenamiento del agua.

Foto: Luis Enrique Becerra Valverde
Foto: Luisenrrique Becerra Velarde// Queñual recién sembrado cerca de las zanjas preparadas para la siembra de agua en la comunidad de Escorno.

La siembra de agua es un método natural que permite la sostenibilidad de dicho recurso y su uso en épocas de sequía para ciudadanos y ciudadanas que no solo necesitan el agua para ellos mismos sino como un insumo necesario para sus responsabilidades cotidianas al vivir de la agricultura y ganadería.

La época de sequía inicia aproximadamente en el mes de abril y se extiende hasta agosto, al disminuir el agua de lluvias los pastos se secan y se dificulta la alimentación para el ganado, animales menores y mayores se ven afectados. Los litros de leche que producen las vacas y que se esperan vender se reducen por su baja ingesta de agua.

A causa del cambio climático, hace algunos años la sequía se ha adelantado a la primera semana de marzo y se ha retrasado hasta noviembre. La sequía permanece más meses y detiene las lluvias que al llegar caen con fuerza inundando los cultivos, con el paso de los años los ojos de agua que son una esperanza para las comunidades también se están secando.

Frente al panorama de un futuro con escases de agua, diversos profesionales trabajan en la capacitación e implementación de nuevos métodos de distribución y uso del recurso hídrico.

Una de las iniciativas es la implementación de los sistemas de riego tecnificado que reemplazan el tradicional riego por gravedad en el que se dejaba caer agua en la parcela desde un solo punto; con ello se desperdiciaba el sesenta por ciento del recurso vertido. Para tener mayor control de la cantidad de agua para riego, se instala una estructura de distribución con el riego por goteo cuya eficiencia es del noventa y cinco por ciento y el riego por aspersión que tiene una eficiencia de setenta y cinco por ciento en uso eficiente de agua.

Cliseria Ochoa (39) termina de picar las zanahorias antes de preparar la cena, ha usado cuatro tazas de agua, tres para lavar las verduras y una para lavarse las manos. Luego de prender la leña, Cliseria corre con una jarra fuera de su cocina, destapa un plástico grueso que esconde cinco baldes grandes llenos de agua. Con un poco del agua de la jarra Cliseria lava el arroz y usa el resto para dejarlo cocinando en la olla.

Sería importante detallar que una cosa es la infraestructura y gestión de agua para riego y otra muy diferente es pensar en el agua para consumo humano, ambas favorecen un contexto adecuado de seguridad alimentaria porque el agua para riego nos permite tener disponibilidad de alimentos diversos, el agua para el consumo humano permite nuestra hidratación e higiene. La infraestructura es similar pero el sistema de distribución de agua para consumo humano requiere de la cloración y la instalación de tuberías adecuadas. Otra diferencia radica en las pozas de captación, el agua destinada al consumo humano es almacenada en pozas cerradas para evitar la contaminación del recurso a diferencia del agua para riego

En un informe elaborado en marzo del 2021 por La Organización de Naciones Unidas (ONU) se advierte que 785 millones de personas en el mundo carecen de los servicios básicos de agua potable. Entre estos, 8 de cada 10 viven en zonas rurales y casi la mitad vive en países menos desarrollados.

Hoy martes 22 de marzo se conmemora el Día Mundial del Agua. Fecha que nos invita a pensar en la importancia de este recurso y cómo a pesar de haber sido reconocido por la ONU como un derecho humano en el 2010 y ser considerado un derecho en la constitución del Estado peruano; el agua aun no cuenta con la infraestructura ni gestión suficientes para satisfacer las necesidades de una gran parte de la población rural.

El agua como un derecho humano implica que todas las personas tienen derecho a una cantidad suficiente de agua, de calidad aceptable, físicamente accesible y asequible para usos personales y domésticos. El derecho al saneamiento significa que toda persona debe tener acceso físico y económico a servicios de saneamiento, que sea seguro, higiénico, aceptable social y culturalmente, que proporcione privacidad y asegure la dignidad.

Foto: Luis Enrique Becerra Valverde
Foto: Luisenrrique Becerra Velarde // Melanie (7) revisa el pequeño establo de cuyes de su familia junto a sus hermanos Roger (15) y Miguel Ángel (18) en la comunidad de Raymina. Cada cuy reproductor necesita consumir aproximadamente un litro de agua por día y las hembras de la especie necesitan tres litros de dicho recurso por día en la etapa de lactancia.