Esperan que próximo gobierno las perciba como promotoras de desarrollo, no beneficiarias de programas sociales.
En el Día Internacional de la Mujer queremos recordarle a nuestros Estados que las indígenas, que pese a ser uno de los grupos humanos en situación más vulnerable, somos también las que más hemos sabido adaptarnos a la guerra, el desplazamiento, y la escasez, velando por la preservación de nuestras culturas y la vida en nuestros territorios, hoy amenazada por intereses económicos.
En el Perú, la inexistencia de información concreta sobre quiénes somos, dónde estamos y cuál es nuestra situación, hace casi imposible el desarrollo de programas y políticas verdaderamente efectivas, eficaces e interculturales.
A puertas de elegir al próximo presidente y congresistas, emplazamos a los nuevos gobernantes a que se comprometan a formular e implementar – junto con nosotras – todos aquellos proyectos que afecten nuestras vidas.
Requerimos que nuestros conocimientos ancestrales y parteras tradicionales sean reconocidos como parte del sistema de salud.
Que siguiendo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Perú marque la pauta en América Latina para que en el año 2030 todas las niñas indígenas puedan acceder a la educación primaria y secundaria, recibiendo una formación de calidad, y con respeto a sus culturas, que les permita tener un rendimiento escolar pertinente.
Asimismo, que se invierta en el desarrollo de iniciativas para el empoderamiento económico de la mujer indígena, a través de la promoción de la agricultura a pequeña escala, la transformación de productos locales, y el acceso a créditos y otros mecanismos financieros.
Estas tres medidas concretas, de ser asumidas como metas por el Estado peruano, podrían transformar todo nuestro mundo y permitirnos una vida digna, donde no seamos víctimas de la violencia, logrando dar grandes pasos hacia un Perú en el que hombres y mujeres seamos verdaderamente iguales.