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22 julio, 2016

El voto preferencial y la representación indígena en el Congreso

Los resultados de las elecciones del 2016 demostraron que el voto preferencial es un arma de doble filo para los candidatos indígenas.

Los resultados de las elecciones del 2016 demostraron que el voto preferencial es un arma de doble filo para los candidatos indígenas.

Las candidatas y los candidatos de los pueblos indígenas tuvieron, en líneas generales, resultados adversos en las elecciones congresales y al Parlamento Andino del 2016. De los – por lo menos – 24 postulantes indígenas que siguieron en carrera hasta el día de la elección, solamente dos juramentaron hoy: Tania Pariona Tarqui del pueblo quechua, representante de la región Ayacucho, y Wilmer Aguilar, presidente de las rondas campesinas de la provincia de Cutervo – Cajamarca, que reivindican herencia indígena a través de la Central Única de Rondas Campesinas del Perú (CUNARC).

Los resultados electorales revelaron que muchos candidatos indígenas tuvieron un muy bajo voto preferencial, por lo que no lograron una curul pese a que postularon por partidos con una gran votación en sus regiones. Es el caso, por ejemplo, de Brigida Curo (Frente Amplio, Puno), Nélida Calvo (Fuerza Popular, Amazonas) o María Crisisto (Democracia Directa, Puno), cuyo bajo porcentaje de voto los dejó rezagados frente a sus compañeros de lista.

Posibles causas de estos resultados serían que los candidatos indígenas no logran acceder a financiamiento privado ni logística para sus campañas electorales, además de que no gozan de una posición empoderada dentro de sus organizaciones políticas. Por lo tanto, compiten en condiciones desiguales no solamente en el escenario general de la elección, sino también frente a los otros candidatos de sus partidos.

El caso de Tania Pariona, quien postuló por el Frente Amplio con el número 3, muestra la otra cara de la moneda. Pariona Tarqui logró 11842 votos, que le permitieron, por un estrecho margen, superar a Pedro Tincopa (número 2 de la lista) y obtener el segundo escaño de la región Ayacucho. Pariona obtuvo la mayoría de sus votos en los distritos y provincias rurales, donde la mayoría de la población reside en las comunidades indígenas.

Por su parte, Wilmer Aguilar postuló con el número 4 en la lista de Fuerza Popular por Cajamarca, y se benefició del buen resultado de su partido, que obtuvo cuatro escaños en su región. El voto preferencial de Aguilar Montenegro, aunque fue bajo (7207), le permitió asegurar su presencia en el Parlamento.

Hubo otros candidatos que lograron un alto voto preferencial, pero sus partidos no alcanzaron escaños en sus regiones. Por ejemplo, los candidatos por Amazonas: Zebelio Kayap (Democracia Directa, 22.55% de los votos de su partido), Elio Sesen (Acción Popular, 24.61%) y Santiago Manuin (Frente Amplio, 18.09%).

Estos datos se suman a experiencias electorales anteriores, que demuestran que el mecanismo del voto preferencial evidencia las desigualdades entre los candidatos indígenas y los no indígenas, pero en algunas oportunidades aisladas les permite alcanzar una curul pese a tener los números posteriores de sus listas.

De cualquier manera, se mantiene como constante la representación mínima de los pueblos indígenas en el Congreso de la República y el Parlamento Andino.

Durante el debate sobre la reforma electoral se planteó la eliminación del voto preferencial en la elección congresal. Tomando en cuenta los datos expuestos, si se eliminase el voto preferencial, también sería necesario implementar una forma alternativa de acción afirmativa que garantice la competencia de los candidatos indígenas en igualdad de condiciones.

Por este motivo, los pueblos indígenas debemos discutir de manera amplia la posibilidad de implementar una cuota indígena para las elecciones congresales, que garantice la elección de representantes indígenas en el Parlamento, o, alternativamente, un distrito electoral indígena.