“Un primo lejano de la familia de mi amiga les visitó a la comunidad. Ella me contó que el señor al principio fue bastante amable para caer bien a todos, para ganarse la confianza, hasta que un día mientras pasteaba a las vacas el sujeto la buscó y abusó de ella”.
Una adolescente de 15 años de una comunidad del distrito de Uchuraccay, provincia de Huanta en la región de Ayacucho quedó embarazada como producto de violencia sexual, una situación que 1 436 niñas y adolescentes, según el Ministerio de Salud, tuvieron que vivir durante el 2021: llevar una maternidad forzada a causa de violaciones.
“Este señor de casi 40 años trataba de acercarse a mi amiga, a quien llamaré Rosa para proteger su identidad. Nos contó que la acosaba, le compraba cosas para acercarse. Y cuando abusó de ella la amenazó hasta con matar a sus padres y hermanos, y como no había buena comunicación entre Rosa y su padre decidió no contar nada hasta sus 5 meses de embarazo”, cuenta la amiga.
Entre el 2017 y el 2021, el Ministerio de Salud registró 8 mil 643 partos de adolescentes entre 15 y 19 años en Ayacucho. Y más de 249 mil a nivel nacional.
Para revertir esta situación jóvenes indígenas de la Organización de niños(as), adolescentes y jóvenes quechuas de Ayacucho – Ñuqanchik, de la Red Ñuqanchik Maronijei Noshaninka, de la organización Ujia Wayna Wila, y la Federación de Comunidades Nativas Yanesha-Feconaya, junto a CHIRAPAQ- Centro de Culturas Indígenas del Perú solicitan la actualización del Plan Multisectorial para la Prevención del Embarazo Adolescente 2013-2021 con la participación de los y las jóvenes de diferentes colectivos indígenas del Perú.
La corroboración de los datos de este Plan Multisectorial, además, tiene que incluir la variable étnica, cuya consideración es necesaria para atender a la población más vulnerable ante el riesgo de un embarazo adolescente: las escolares que provienen de zonas rurales, las que se encuentran en situación de pobreza y las que no han tenido o han accedido menos a la educación, según datos de la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza.
Agregado a esto, el embarazo en esta etapa temprana aumenta la deserción escolar, tal como sucedió con Rosa. “Cuando se le empezó a notar la barriga y las manchas en la cara no aguantó mantener el secreto y le contó a sus padres, su papá la pegó hasta varias semanas después ´Ya no eres mi hija´, le decía. No tenía apoyo de su familia, ni de la comunidad. Acá todos juzgan y señalan, culpan a la víctima, por esa vergüenza Rosa dejó la escuela”.
Los factores que condicionan el embarazo adolescente
El embarazo adolescente es un problema de salud pública con tres principales causas: el desconocimiento y dificultades de acceso a métodos anticonceptivos adecuados, la ausencia de una educación sexual de calidad, y la violación sexual, según señala el Ministerio de Desarrollo. Tres situaciones que de forma conjunta afectaron a Rosa y a cientos de niñas indígenas cada año.
De acuerdo al Reporte Nacional sobre Violencia Sexual contra Niñas y Adolescentes Indígenas, realizado por CHIRAPAQ en el 2020, se registraron 458 casos de violencia sexual en niñas y jóvenes indígenas de 10 a 29 años. Este mismo informe indica que 570 niñas indígenas de 12 a 14 años fueron madres, siendo Ayacucho la región con el número más alto.
“En el colegio no hemos tenido información sobre sexualidad, tampoco en las postas de salud, solo nos hablan del comienzo de la menstruación, por eso acá la mayoría a los 16 años ya son madres. Tengo una prima que por falta de conocimiento del tema también quedó embarazada. Sumado a eso, muchas de nosotras hablamos en quechua y el personal de salud no y por eso no hay buen entendimiento”, señala la amiga de Rosa.
Según relata la joven de Uchuraccay, Rosa se ha alejado de los círculos de sus amistades por los prejuicios que giran en torno a una adolescente embarazada, trabaja en la chacra y cría sola a su bebe. Al mismo tiempo, su agresor continúa viviendo en la comunidad, “camina tranquilo como si nada hubiera pasado” cuenta su amiga.
En muchas comunidades andinas las familias recurren a tratos o negociaciones internas para encontrar algún tipo de reparación, consideran llevar el caso en sombras debido a los patrones culturales conservadores y a las barreras de acceso a la justicia por la escasa credibilidad que se les otorga a las víctimas, sobre todo a mayores de 14 años, puesto que, solo hasta esta edad se presume de facto que la causa de un embarazo adolescente sea una violación sexual, conforme indica el art. 173 del Código Penal.
Jóvenes indígenas organizan propuestas de solución
En el marco del 8 de marzo, Día Internacional del reconocimiento y reivindicación de los derechos de las mujeres, jóvenes indígenas integrantes de la Organización de niños(as), adolescentes y jóvenes quechuas de Ayacucho – Ñuqanchik, de la Red Ñuqanchik Maronijei Noshaninka, de la organización Ujia Wayna Wila, y la Federación de Comunidades Nativas Yanesha-Feconaya, en acompañamiento con CHIRAPAQ-Centro de Culturas Indígenas del Perú realizaron una mesa de diálogo convocando a diferentes colectivos indígenas del país. En este espacio se elaboró una declaración la cual recogió las problemáticas, necesidades y los testimonios de los y las jóvenes quechuas, aymaras y amazónicos en relación a sus derechos sexuales y reproductivos. Y con el fin de continuar con esta propuesta concertada se llevará a cabo un encuentro nacional en los próximos meses, cuya agenda será dirigida por CHIRAPAQ y tendrá como objetivo fortalecer las demandas y soluciones planteadas por las organizaciones juveniles para contrarrestar las violencias que viven y garantizar el ejercicio de sus derechos.