Juana Segura Serrano, fundadora del Frente de Mujeres Campesinas de la Provincia de Anta, FEMCA, partió de este mundo este sábado.
Destacada líder quechua, fue reconocida en 2012 con el Premio por la Paz otorgado por el Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social.
El sábado 15 de marzo dejó de existir en la ciudad de Lima nuestra hermana Juana Segura Serrano, destacada líder cusqueña, quien fuera presidenta del Frente de Mujeres Campesinas de la Provincia de Anta, FEMCA.
Formada políticamente en el Taller Permanente de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú TPMIAAP, destacó como activista por los derechos de las mujeres indígenas.
En el Cusco, promovió iniciativas productivas orientadas a la mujer, en la crianza de animales menores, cultivos nativos y panificación, como medio para revalorar la cultura alimentaria indígena y promover el desarrollo de las mujeres de su comunidad.
Desde el programa radial “La Voz de la Mujer Anteña” promovió el debate y la reflexión sobre el impacto de los diferentes tipos de violencia que experimentan las mujeres en el ande. Segura también fue integrante de la Coordinadora Nacional de Comunicación Indígena del Perú -CONACIP.
Compañera y hermana de CHIRAPAQ, participó de diferentes espacios formativos y de representación, tanto a nivel nacional como internacional.
Entre ellos y de forma reciente, en las reuniones preparatorias para el establecimiento del Comité de Coordinación Global para el establecimiento del Foro de Pueblos Indígenas en el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola – FIDA.
Juana Segura llevo la voz, sueños y esperanzas de las mujeres indígenas, que como ella, luchan por superar el silencio y lograr sus sueños, desde sus raíces, con sus pueblos y como un proyecto de vida para toda la sociedad.
Sus esfuerzos y talento fueron reconocidos en 2012 con el Premio por la Paz otorgado por el Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social.
Segura era además miembro de la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú – ONAMIAP.
Su temprana partida deja un vacío importante dentro del movimiento indígena. Esperamos que su ejemplo de vida sirva de inspiración a los liderazgos que se vienen formando y preparando para asumir los mismos retos que supo superar Juana Segura con tesón, mucho esfuerzo y desprendimiento personal.
Sus restos han sido trasladados al distrito de Huarocondo, provincia de Anta, en el Cusco para darle sepultura acompañada por familiares, hermanas integrantes de la FEMCA, autoridades de la región y grupos de la sociedad civil, quienes rendirán homenaje a tan destacada lideresa.