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11 septiembre, 2014

Fin de Jacinta, hito antirracial en Perú

Medios de Colombia califican cancelación de La Paisana Jacinta como un hito contra el racismo en el Perú.

Por considerarlo ofensa para la mujer indígena, fue suspendido de la TV tras 15 años al aire.

Por Paola Pinedo García | El Tiempo | 7 de septiembre de 2014.

El botón que le apagó la tele al popular programa de la Paisana Jacinta en Perú parece haber sido el rechazo de las Naciones Unidas al tinte humorístico del show, que calificaron de “ofensivo” por reforzar estereotipos negativos sobre los indígenas.

Jacinta, la paisana de trenzas que viste una pollera (falda) y la típica manta de colores que usan las peruanas de la sierra para cubrir sus hombros, es una mujer andina que vive en la capital, y la protagonista de un show que hasta inicios de agosto se transmitía por señal abierta en Perú, en el horario estelar de las 8 de la noche, con un rating que llegaba a los 21 puntos.

En su rostro destaca el exagerado tono cobrizo de su piel, una nariz aguileña de utilería y una dentadura con los dientes superiores pintados de negro para simular que no están allí.

Pero lo más llamativo del personaje, que es interpretado por un hombre, el actor Jorge Benavides, es que habla un español con acento quechua y que emite un extraño sonido que no se sabe si es una risa burlona o un tic nervioso. Probablemente, esta gesticulación sea la característica más cuestionada por los críticos del programa.

La ONU se pronunció sobre esta serie en una sesión pública de su Comité Contra la Eliminación de la Discriminación Racial (Cerd) el pasado 20 de agosto en Ginebra. Hasta este comité habían llegado días antes representantes de la ONG Centro de Culturas Indígenas del Perú (Chirapaq), para presentar una denuncia contra La Paisana Jacinta, por considerarlo un programa racista y discriminatorio contra la mujer indígena andina.

Tarcila Rivera, directora de Chirapaq, explica que su organización agotó todos los esfuerzos en Perú por lograr que el programa dejara de representar a las indígenas andinas de una forma negativa, sin obtener resultados.

Esta ONG hizo la primera observación sobre lo ofensivo que era el show en 1999, año en que empezó a emitirse. Según Rivera, en su intento por llamar a la reflexión sobre el tema acudieron a diversas entidades gubernamentales y hasta enviaron una carta al canal de televisión con la firma de 23 mujeres indígenas de 23 países distintos, pidiendo retirar del aire el programa.

“La respuesta del canal fue simplemente cuestionarnos que con qué derecho protestábamos contra la libertad de trabajo, de creación, de empresa y de expresión. Incluso consideraban que era un programa cultural que hacía reír a la gente”, cuenta. Entonces decidieron acudir a una instancia internacional como la ONU.

En la sesión del Cerd, los integrantes de este comité respaldaron la denuncia de Chirapaq después de ver el programa por internet y opinar que sí era ofensivo.

“Nos alegra mucho que los miembros del comité hayan opinado críticamente sobre esta representación, porque la discriminación en este caso transciende la cuestión racial; es un rechazo a una cultura originaria, indígena, que es la base histórica de nuestro país, y no tienen por qué ridiculizarnos por ello”, dice Tarcila Rivera.

Racismo naturalizado

Carlos Manuel Vázquez, uno de los integrantes del Cerd, mostró su preocupación por el éxito del programa en la teleaudiencia peruana y recomendó al Estado trabajar en la sensibilización de la población sobre este tema. “(…) Esto requiere que la población reconozca que el programa es ofensivo. Pero en Perú encontramos que el programa tiene ratings muy altos, es popular. Y eso para mí es lo más preocupante”, dijo.

Para Wilfredo Ardito, abogado especialista en temas indígenas y activista del colectivo Ciudadanos luchando contra el racismo, la popularidad de este programa se explica por una fuerte naturalización del racismo y la discriminación en Perú. “Somos un país con una gran mayoría indígena, pero que ha sido vista siempre como inferior y es tratada como minoría, que sigue sufriendo el racismo y la discriminación de manera muy explícita. Se puede decir que la discriminación se ha naturalizado en Perú y que la diversidad étnica y cultural se usa para jerarquizar”, explica el experto.

Según Ardito, en otros contextos el racismo se manifiesta de manera muy sutil; sin embargo, “en La Paisana Jacinta el racismo es algo explícito; sin ningún control, y con total desparpajo se muestran estereotipos discriminatorios hacia las mujeres indígenas, mostrándolas como seres primitivos”.

Ardito aseguró también que en los colegios ocurren casos de matoneo debido a este programa, ya que “muchos niños tienen vergüenza de sus propios familiares porque se parecen a la Paisana Jacinta”.

La cancelación del show es el segundo caso en Perú en el que la presión de la sociedad civil logra sacar del aire un programa de este tipo. En el 2010, la ONG Lundu protestó contra el programa El Negro Mama –también interpretado por Jorge Benavides–, por considerar que ofendía a la colectividad afroperuana. Finalmente, también fue cancelado.

Un lastre histórico

La discriminación étnica ha estado presente en la sociedad peruana desde tiempos de la Conquista, y se ha manifestado en distintos ámbitos.

Hoy se hace evidente incluso en los medios de comunicación y en las redes sociales. Según Wilfredo Ardito, “esta discriminación hace que se consideren superiores a los que tienen rasgos más occidentales o europeos, y eso es algo que está presente de manera permanente en la forma como los peruanos nos relacionamos y nos confrontamos entre nosotros”.

Sin embargo, no es la única: la discriminación del costeño contra el serrano es otra manifestación de la división social en Perú, entre lo rural y lo urbano. Así, el peruano de la costa, rural y étnicamente menos indígena por su condición de mestizo, ha sido sindicado como el discriminador histórico del peruano de la sierra, esencialmente andino en lo étnico y en lo cultural. Sin duda, este es un problema complejo que afecta un país con una población multiétnica y pluricultural como la peruana.

El vicepresidente del Comité Contra la Eliminación de la Discriminación Racial, Alexei Avtonomov, dijo que Perú hará un nuevo censo de población en el 2017 y consideró que personajes tan estereotipados, como la Paisana Jacinta, no contribuirán a que las personas indígenas se reconozcan como tales.

El Comité de la ONU pidió al Estado que modifique las políticas orientadas a los medios de comunicación para prevenir y evitar esta forma de representar a los indígenas.