Más de 200 familias indígenas damnificadas por el desborde del río Cachiyacu en Loreto recibieron alimentos, herramientas y animales que los ayudarán a reconstruir sus vidas.
Un avión comercial llegó el pasado jueves 26 de Mayo a la ciudad de Tarapoto con 700 gallinas para las familias Shawi damnificadas por el desborde del río Cachiyacu.
Hace cuarenta días, este evento climático, destruyó una escuela y devastó los cultivos de las comunidades nativas próximas al distrito de Balsapuerto, en la región Loreto.
La ayuda estaba compuesta además por una tonelada y media de alimentos y 200 machetes que serán utilizados por los indígenas Shawi para rehabilitar las plantaciones de yuca y plátano perdidas.
La asociación CHIRAPAQ, Centro de Culturas Indígenas del Perú y la organización Diakonie Katastrophenhilfe, se unieron es esta cruzada solidaria para ayudar a que el pueblo Shawi sobrelleve la emergencia alimentaria a la que hacen frente tras la pérdida de sus cosechas.
Representantes de CHIRAPAQ, y jefes de las comunidades afectadas, arribaron al aeropuerto Cadete FAP Guillermo del Castillo Paredes para cargar los dos camiones que se requirieron para el transporte de los animales. Mientras tanto, otra delegación se encargaba -en la ciudad de Yurimaguas- de adquirir el pescado seco, el arroz y el aceite para los paquetes de alimento.
Hemos perdido un año de trabajo
Las tres hectáreas de plátano de Manuel Inhuma son ahora arena. Los cultivos de este habitante de la comunidad nativa de Nueva Esperanza se han transformado en una playa, luego de la crecida del río Cachiyacu, cuyas aguas arrasaron con todo a su paso.
“Yo vendía cuarenta racimos de plátano al año. Con eso compraba los útiles escolares a mis hijos y los víveres para la casa. Con ese ingreso manteníamos a la familia”, cuenta Inhuma. “Por lo menos nos tomará ocho meses el volver a preparar un terreno de cultivo y sembrar”, explica.
Al igual que Inhuma son cientos los testimonios recogidos por CHIRAPAQ sobre pérdidas de cultivos y animales. No obstante, aún no se cuenta con una cifra oficial por parte del Estado sobre la cantidad de cultivos perdidos tras este embate de la naturaleza que las comunidades atribuyen al fenómeno del niño y al cambio climático.
Bajo un inclemente sol, la ayuda humanitaria partió de la ciudad de Yurimaguas rumbo al distrito de Balsapuerto, recorriendo 70 kilómetros de trocha carrozable.
Cerca de trescientos hombres, mujeres y niños Shawi, provenientes de siete comunidades nativas, esperaban ansiosos la llegada de sus jefes de comunidad y de la delegación de CHIRAPAQ.
La entrega se organizó de forma rápida y espontánea, bajo la conducción de las autoridades indígenas y el apoyo de toda la población, que portaba sus documentos de identificación nacional para firmar los padrones y dar constancia de lo recibido.
Cientos de mujeres Shawi, provistas con canastas trenzadas, fueron prestas a recibir los alimentos que las abastecerían por los próximos cuatro días. Igualmente recibieron con júbilo las gallinas que dentro de cinco meses, comenzarán a proveerlas de huevos de forma diaria.
Los padrones de beneficiarios fueron presentados por los jefes de las comunidades nativas de Nueva Luz, Puerto Libre, San Lorenzo, Buenos Aires, San José, Santa Rita y Nueva Esperanza. Para su elaboración se tomó en consideración tres criterios básicos: que fueran residentes permanentes de estas comunidades y que hayan perdido cultivos y animales. Se dio a su vez preferencia a las viudas, madres solteras o adultos mayores sin familiares próximos.
Aún se requiere ayuda
Desde hace cuatro años, la asociación CHIRAPAQ trabaja junto con el pueblo Shawi, en Balsapuerto, para disminuir la desnutrición infantil y la anemia en los niños. Para ello, desarrolla con las familias iniciativas agrícolas y pecuarias, como la crianza de cuyes y gallinas y el cultivo de huertas de verduras, que les permiten mejorar su disponibilidad de alimentos. Igualmente, capacita a las madres para mejorar hábitos de higiene en la manipulación de alimentos, a fin de prevenir enfermedades diarreicas.
Anice Rimari, miembro de CHIRAPAQ, explicó que fueron los propios jefes de la comunidad quienes los contactaron para dar la voz de alerta sobre la emergencia. “Los conocemos de cerca y sabemos que pese a las adversidades que enfrentan son un pueblo con gran iniciativa. No podíamos permanecer indiferentes ante su pedido de ayuda”, señaló.
Conocido el hecho, CHIRAPAQ lanzó una campaña, llamando a sus aliados y al pueblo peruano en general, teniendo eco en Diakonie Katastrophenhilfe, organización alemana comprometida con llevar ayuda humanitaria en contextos de emergencia y desastres naturales.
Luego de las numerosas manifestaciones de alegría y agradecimiento de la población, los jefes de comunidad señalaron -ante los presentes- que aún requieren que el Estado les provea de herramientas y semillas para volver a sembrar sus cultivos.
A la mañana siguiente la delegación se dirigió en bote a las comunidades de San José, Santa Rita y Nueva Esperanza, a fin de repartir esta ayuda humanitaria entre la población que habita en las márgenes del río Cachiyacu.
CHIRAPAQ continúa con la campaña de ayuda solidaria al pueblo Shawi. Para contribuir, basta realizar un depósito de S/.10.00 soles o más en cualquiera de las agencias del Scotiabank, en la Cuenta de ahorros en soles 015-7410549.