Técnicas de parteras tradicionales indígenas favorecerían el trabajo de parto y la disminución significativa de los costos en salud.
Indígenas practicarían una forma de parto más humana, señalaron médicos de la Dirección General de Planeación y Desarrollo en Salud del gobierno mexicano, en un artículo publicado en la revista “Género y Salud en Cifras”.
El análisis realizado por José Almaguer, Hernán García y Vicente Vargas, calificó a la partería tradicional indígena como un modelo completo de atención en salud, que sorprende por su profundidad e integralidad.
Algunas de sus prácticas reconocidas son los procedimientos para acomodar al bebé, los métodos para conocer la proximidad del nacimiento sin la realización de tactos, las diferentes posiciones verticales y las técnicas de presión abdominal para favorecer el trabajo de parto.
“El nacimiento es un proceso natural con significados culturales y sociales, que en general no se toman en cuenta en la atención pública y privada, pero que son fundamentales para la calidad y la seguridad de la atención de las mujeres y el desarrollo de la sociedad”, explicaron.
Al respetar el pudor de la madre, ofrecer masajes y afecto y permitir el acompañamiento de la familia, las parteras tradicionales facilitan la producción de sustancias como la oxitocina natural, la endorfina y la relaxina, que facilitan el alumbramiento.
De acuerdo al estudio, un parto que respete a la madre y su cosmovisión propia, no requiere de un gasto extraordinario en los servicios de salud o una inversión de tiempo adicional, sino de un cambio de percepciones y estereotipos de parte de los prestadores de salud.
El cuestionamiento, explicaron, se dirige a la práctica en los servicios de salud “que toman en cuenta solo elementos técnico-biológicos sin considerar a las mujeres como sujetos de derechos en el momento del parto”.
La Organización Mundial de la Salud OMS reveló en 2001 que la práctica de un cuidado perinatal inapropiado y el uso excesivo de tecnología continúan siendo la norma en la atención gineco-obstétrica a nivel mundial. No obstante, la evidencia científica señala que procedimientos más simples pueden ser suficientes e incluso superiores.
Ellos propusieron un modelo concertado entre los métodos de la medicina occidental y los de las parteras tradicionales, “además de retomar las demandas de los grupos de la sociedad civil en cuanto a un trato más humano y sin violencia, donde las mujeres sean protagonistas de su parto”, indicaron.
Foto: www.ixtaczoquitlan.gob.mx