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12 noviembre, 2020

Las furias y las penas

La movilización social como única forma de diálogo

Foto: Diario El Comercio

¿Cuál es el rol de la política? En teoría es la del gobierno, gestión y organización de la sociedad, sin embargo la política ha sido sistemáticamente vaciada de contenido y ha devenido en oficio y ocupación de un grupo, precario en cuanto a su conformación, pero sólido en cuanto a los intereses que representan: el del desgobierno y la exclusión de las mayorías.

De igual forma, la ideología ha sido satanizada y convertida en una mala palabra y práctica, sinónimo de manipulación e instrumento de desestabilización.

La actual situación que atraviesa nuestro país es un síntoma de la ausencia de la política y de su sistemática desmantelación. Por ausencia y abandono de la reflexión sobre los dilemas que plantea la organización y representación social de la diversidad en nuestro país, para ser reemplazada por una práctica focalizada en los intereses particulares de reducidos grupos de poder local, en constante agrupación y reagrupación, muerte y resurrección, dependiendo de sus intereses y articulación a la oportunidad de turno o el poder económico que les permita seguir existiendo.

En nuestro contexto actual, ¿quién o quiénes se benefician o salen ganando? ¿A quién o a quiénes interesa que la figura de vacancia por incapacidad moral no esté plenamente establecida en cuanto a su naturaleza y campos de aplicación y su interpretación se les ocurra a los intérpretes de turno? ¿A quiénes beneficia la actual Constitución? ¿A quién o a quiénes beneficia la carencia de partidos orgánicos, sin ideología, sin programa estructurado y estratégico y sin masa crítica?.

SOBRE EL GOLPE DE ESTADO

Las condiciones a partir de las cuales se ha servido el Congreso para la vacancia, están establecidas en los instrumentos legales de gobierno de nuestro país, por lo tanto, han sido muy bien utilizados para  fines particulares.

Como en un juego de razonamiento y esperando lógica y ecuanimidad, una parte de nuestra sociedad (no le pondremos si mucha o poca, porque la noción de “el pueblo peruano lo quiere” se ha devaluado considerablemente y ha perdido sentido) consideraba que la vacancia no se podía dar y este mismo sector, haciendo la misma praxis, interpretaba lo ambiguamente establecido en la Constitución, resultado: las sumas y restas en nuestra “política” carecen de lógica social.

Acción urgente: necesitamos instrumentos de gobierno claros y precisos. El actual Tribunal Constitucional debe definir y establecer los alcances de la incapacidad moral, cuyo sentido primigenio respondía a otras circunstancias.

Así mismo, corresponde establecer procedimientos efectivos para que el cargo de Congresista no signifique impunidad y se establezca un órgano competente o mecanismo independiente del Congreso que permita a todo congresista ser procesado.

SOBRE LA DIRECCIÓN DE LA PROTESTA E INDIGNACIÓN CIUDADANA

La movilización social es una respuesta clara y objetiva a la indignación que no puede ser canalizada políticamente a través de partidos fuertes y representativos con ideología y objetivos estratégicos.

Históricamente, la movilización y la violencia ha sido el único mecanismo por el cual las y los excluidos hemos podido establecer el diálogo con el Estado, siendo el “Baguazo” el de mayor recordación, estableciéndose una ecuación perversa a favor del Estado: exclusión/silencio = movilización social/violencia = represión/violencia = criminalización de la protesta.

¿Cuál es el objetivo de las movilizaciones? La carencia de representación política de la indignación le resta estrategia y objetivo orgánico, de ahí que solo signifique indignación sin continuidad en un proceso claro, lo cual se presta a la manipulación de los políticos y tendencias políticas de turno que no contribuye a un objetivo claro y preciso. Todo esto puede desencadenar en una violenta represión (cuyo creciente despliegue estamos atestiguando) y darle los argumentos al actual gobierno de recurrir a las fuerzas armadas.

Acción urgente: respaldar la labor de la Defensoría del Pueblo y la aplicación de todos los instrumentos de protección de los derechos humanos y respeto al derecho de protesta.

De igual forma se precisa establecer una dirección y objetivo/objetivos de la movilización y protesta ciudadana, política en el sentido propositivo y despolitizada en el sentido de evitar el oportunismo de candidatos y partidos ¿Cómo establecer esta dirección? A través de su articulación por gremios, universidades, comités, asociaciones etc., que establezcan sus objetivos, articulación y discurso/discursos.

LOS PUEBLOS Y ORGANIZACIONES INDÍGENAS

Este escenario plantea interrogantes orgánicas a los pueblos y organizaciones indígenas ¿Cuál es el tipo de Estado que necesitamos? ¿Qué capacidad de accionar tenemos frente a las actuales circunstancias frente al escenario político y electoral? ¿Con qué fuerzas políticas contamos? ¿Podemos constituirnos en una fuerza política articuladora y aglutinante? ¿Cuál es nuestra propuesta de país? ¿De qué condiciones precisamos para tener un peso relevante y decisora en el escenario político?

Como puede verse son preguntas que rebasan la actual coyuntura pero sobre las cuales se necesitan discutir porque sin las respuestas no se puede afrontar escenarios de este tipo que son recurrentes en nuestra política. Como en otras ocasiones, el peso de las organizaciones y de los pueblos indígenas es únicamente social: una vocería sin posibilidad de poder y de representación política.

Acción urgente: en estas circunstancias queda por lo pronto vigilar la situación del impacto de la pandemia y seguir instando en la canalización de apoyo para afrontar las consecuencias y secuelas de la pandemia, en el campo educativo, de salud, económico, político y jurídico.

Así mismo, las recurrentes coyunturas críticas en la gobernabilidad del país, el fortalecimiento del modelo extractivista, el desconocimiento sistemático de los derechos indígenas así como el desconocimiento y tergiversación de acuerdos sistemáticos como el de Escazú requieren de pensar la política indígena en términos de proyecto país o proyecto nacional.

LO POCO ES MUCHO: LA AGENDA MÍNIMA

En la actual coyuntura, lo que se ha logrado avanzar en el gobierno de Martín Vizcarra en materia de políticas y reformas, a todo nivel, requiere ser mantenido y fortalecido. Sin embargo ¿Qué mecanismos le impiden al Congreso aprobar medidas que desmantelen lo avanzado?

Como es de público conocimiento, los pasos que darán las respectivas agrupaciones políticas dentro del Congreso no se van a orientar a luchar contra la corrupción ni a fortalecer lo avanzado ¿Qué les impide aprobar las medidas legislativas acorde a sus particulares intereses? Definitivamente no es la opinión del electorado, tan difuso como impreciso en cuanto a su identificación y orientación ideológica ¿las movilizaciones sociales? Si como todo parece indicar esto puede dar pie a la intervención de las fuerzas armadas ¿Qué vías nos queda? ¿Qué papel puede jugar el Acuerdo Nacional?

Nuevamente nos encontramos frente a un vacío de representación social amplia y diversa que pueda ofrecer un contrapeso orgánico y organizado frente a las actuales circunstancias. En ese sentido, el único contrapeso social y político es la Defensoría del Pueblo y las organizaciones sociales y la población organizada debemos respaldar su labor.

En esa línea, corresponde mínimamente exigir:

  1. El respeto al calendario electoral de abril de 2021.
  2. El desempeño del Congreso desde el contexto y situación de un gobierno de transición.
  3. Acorde a lo anterior, el Congreso debe abstenerse de realizar modificaciones orgánicas en el ámbito educativo, de salud, inversión, justicia y presupuesto de la República. Por orgánico entendemos a cualquier modificación sobre lo avanzado o permita el retorno a una situación anterior a lo actuado a las actuales circunstancias. En ese sentido, también implica no nombrar a nuevos miembros para el Tribunal Constitucional.

LA CRISIS COMO OPORTUNIDAD: LAS TAREAS PENDIENTES

La presente crisis debe representar una oportunidad para repensar nuestra función social y participación en la política, no solo de las organizaciones y asociaciones sino de la población en general ¿A partir de qué instancias? ¿Desde qué momento? ¿A partir de qué modelos políticos? ¿Desde qué planteamientos o ideologías?

Ante la presente coyuntura, recurrente en muchos sentidos, la política como práctica social debe llevarnos a una mayor participación organizada y consciente de lo que apoyamos y defendemos, lo cual lleve a una profundización de la reforma del sistema de partidos que respondan y se organicen en bases permanentes y diversas de carácter nacional y que tengan capacidad de expresarse a nivel regional.

De igual manera se requiere con urgencia del cambio de la Constitución que refleje y exprese la complejidad y diversidad de nuestro país e incorpore plenamente los instrumentos internacionales de derechos, construida a partir de una Asamblea Nacional u otra figura que permita la mayor participación de sectores organizados de nuestro país. Esto, en al caso de los pueblos indígena, legitimaría nuestra participación específica con escaños y una representación apropiada, y de igual forma, se hace necesaria la representación política la población afrodescendiente.

Nuestro país nació a la vida independiente como un Estado políticamente precario, socialmente desarticulado y con intereses político-económicos fragmentados. Como señaló Alberto Flores Galindo, los periodos democráticos es una anormalidad en nuestra historia y tenemos una amplia tradición autoritaria. A pocos meses de cumplir nuestro Bicentenario, poco hemos cambiado, sin embargo esta crisis nos debe alentar a reflexionar sobre esta “normalidad” en nuestra historia y las responsabilidades que nos cabe como sociedad.

Como parte de los pueblos indígenas CHIRAPAQ Centro de Culturas Indígenas del Perú vemos con profunda preocupación el vacío de una cultura política a todo nivel; la polarización, no a partir de planteamientos ideológicos sino de intereses particulares, faltos de asidero social, ni proyección a futuro y nuestra opción es por la democracia que responda al interés y consulta pública.