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9 marzo, 2016

Lo que no se ve del derrame

¿El futuro recae en endurecer las sanciones o en el cambio de modelo de desarrollo?

Más de diez derrames de petróleo en siete años y aún no hay solución a la vista. ¿El futuro recae en endurecer las sanciones o en el cambio de modelo de desarrollo?

Los derrames de petróleo y de gas líquido ocurridos en la Amazonía peruana en los primeros meses del 2016 han despertado la indignación de la ciudadanía peruana y mundial, que ha observado cómo los ríos se tiñen de negro, el ecosistema selvático es irreversiblemente dañado, y las comunidades indígenas ven perecer sus fuentes de alimentación y sufren graves daños a su salud.

La situación representa una verdadera emergencia no solo ambiental, sino también humanitaria, que ni el Estado peruano ni las empresas extractivas han atendido con la celeridad y efectividad requeridas.

Los dos recientes derrames del Oleoducto Norperuano, operado por PetroPerú, han tenido como afectados directos a los pueblos indígenas awajún y wampís de los ríos Chiriaco (región Amazonas) y Morona (región Loreto). Ambos ríos son afluentes del gran río Marañón, a donde ha llegado la mancha de crudo.

Por otro lado, las comunidades matsiguengas del río Urubamba han denunciado un derrame de gas líquido a partir de la ruptura del ducto de la empresa TGP. Este incidente ha causado la muerte masiva de peces en la quebrada de Paratori (distrito de Echarate) y ha puesto en riesgo el medio ambiente de la cuenca del Urubamba.

Estos acontecimientos se suman a los diez derrames de gran magnitud que han ocurrido en la Amazonía peruana desde el 2010.
Ante la repetición sistemática de eventos como los descritos, que amenazan la vida y vulneran los derechos de los pueblos indígenas, CHIRAPAQ, Centro de Culturas Indígenas del Perú, manifiesta lo siguiente:

1. La respuesta del Estado ante los desastres ambientales ha sido inefectiva. Se ha dado principalmente a través de multas, medidas que no resuelven ni alivian los daños ocasionados. La reiteración de los derrames demuestra que las multas no pueden sustituir la implementación de medidas preventivas ni la aplicación de soluciones rápidas por parte de los sectores pertinentes (salud, ambiente, cultura, etc.).

2. El problema de fondo evidenciado por los derrames es la absoluta dependencia que las regiones amazónicas tienen de la explotación de materias primas. La economía de la región Loreto, por ejemplo, ha sufrido una grave crisis entre enero y febrero del 2016 por la caída de la renta petrolera: el canon recibido por la región ha bajado de 22 millones a 2 millones de soles. De esta manera, se hace visible un modelo de desarrollo finalmente dañino y precario, que es necesario reemplazar por uno alternativo, que diversifique la producción, apoye las economías comunitarias y aplique la ciencia y la tecnología para aprovechar de manera responsable la riqueza y la diversidad biológica y cultural que alberga la Amazonía. Lamentablemente, ni el gobierno actual ni la gran mayoría de los candidatos presidenciales plantean alternativas al modelo extractivista, mercantil y primario-exportador. La privatización de PetroPerú, promovida por algunas voces en los medios masivos de comunicación privados, no es la solución al problema, pues desastres similares han ocurrido en empresas privadas.

3. En ese contexto, los pueblos indígenas no disfrutan de los supuestos beneficios económicos que la extracción de materias primas en sus territorios debería traer a la Amazonía. Sus opiniones, propuestas y cosmovisiones deben ser tomadas en cuenta en la discusión acerca de las regalías obtenidas y cómo podrían ser aplicadas en su beneficio. Se desconoce el destino final de las regalías.

4. Ni los gobiernos ni las industrias extractivas han generado espacios efectivos de vigilancia participativa donde la ciudadanía, a través de las organizaciones de la sociedad civil, pueda fiscalizar que los recursos obtenidos sean bien destinados, que sean reinvertidos en acciones de prevención, y que sean distribuidos de manera equitativa.

5. La conquista de los derechos de participación y el planteamiento de alternativas también requiere de la unidad y solidez del movimiento indígena. Es necesario fortalecer la capacidad de respuesta y de negociación de las organizaciones representativas de los pueblos indígenas, pues, de lo contrario, las conversaciones con el Estado serán infructuosas.

6. Finalmente, CHIRAPAQ presentará el tema en su declaración oral en el sexagésimo período de sesiones de la Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW60) de las Organización Naciones Unidas, que tendrá como tema prioritario el empoderamiento de la mujer y su vínculo con el desarrollo sostenible.

Anunciamos además el lanzamiento de la campaña #TodosxlaAmazonía promovida por la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana AIDESEP. La misma tiene por objetivo el llevar bienes de primera necesidad y atención en salud a las comunidades afectadas por el reciente derrame, convocando los esfuerzos de organizaciones de la sociedad civil, voluntarios profesionales, colectivos de activistas y voluntarios. Para mayor información visitar www.aidesep.org.pe

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Foto: AIDESEP.

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