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20 agosto, 2012

Los niños y jóvenes Mapuches no somos considerados como iguales

Conversación con Yessenia Huenchullan, joven mapuche testigo de la agresión contra los niños indígenas en Chile.

Yessenia Huenchullan llegó a Lima para participar en del encuentro internacional de jóvenes indígenas organizado por el Enlace Continental de Mujeres Indígenas y CHIRAPAQ Centro de Culturas Indígenas del Perú. Este espacio busca sentar las bases para la articulación política de los jóvenes indígenas en América Latina.

Nombre Yessenia Huenchullan Coronado
Edad 19 años.
Lugar de Nacimiento Comunidad Temucuicui Tradicional, en Ercilla, comuna de la Provincia de Maluco, IX Región de Araucanía de Chile.
Estudios Terminó la secundaria en 2010 y actualmente realiza prácticas en Administración.
Organización Secretaria de la Juventud de la Alianza Territorial Mapuche ATM.
Testigo clave Participa en el movimiento para la recuperación de tierras, siendo detenida por la policía. Es testigo de la agresión que sufrieran los niños Mapuches, el pasado Julio, que movilizó la toma a la sede de UNICEF en Chile.

Hace ya 128 años la república de Chile llevó a cabo la denominada “pacificación de la Araucanía”, proceso de invasión militar y dominación cultural de los territorios mapuches al sur del país. Si bien las crónicas señalan que esta se prolongó hasta el siglo XIX, para el pueblo Mapuche la ocupación continúa.

Organizados en el Alianza Territorial Mapuche, han iniciado desde hace cuatro años un proceso de recuperación territorial que ha suscitado la progresiva militarización de sus comunidades y ha dejado como saldo dirigentes detenidos, procesos judiciales, y más recientemente, niños mapuches heridos y en situación de vulnerabilidad.

Asimismo, el werken (mensajero, autoridad tradicional) Mijael Carbone, enfrenta un juicio por homicidio frustrado, receptación y abigeato por el cual podrían sentenciarlo a 18 años de cárcel.

“Las movilizaciones se retomaron en mi comunidad porque sentimos que el gobierno nos ha estado mintiendo desde hace mucho tiempo. Nos piden plazos pero estos no se respetan”, cuenta Huenchullan. “Actualmente se encuentra policía armada dentro de los predios. Cada vez que nosotros queremos ingresar nos violentan, sin importarles que haya niños, jóvenes, mujeres o abuelos. No les interesa”, señala.

Desde el 24 de julio los predios Montenegro y La Romana, fueron ocupados por la comunidad Temucuicui Tradicional, produciéndose un desalojo en el cual ella fue detenida. “Varios de mis compañeros fueron agredidos. En el hospital, pese a la gravedad de sus heridas, se les envió directamente a casa. Esto es una negligencia médica de parte del personal de salud”, denunció.

Huenchullan y sus compañeros fueron trasladados por la policía al Hospital de Collipulli a fin de constatar las lesiones. Sus familiares se dirigen entonces al frontis del centro de salud para constatar su situación. Ellos son expulsados de forma violenta por Carabineros quienes hieren a cuatro niños con balas de perdigón.

“Si no es por las madres que realizan la toma pacífica en la sede de UNICEF en Chile, nadie se hubiera enterado de lo que paso. Y es que no es que estemos en contra de esta agencia de la ONU. Es simplemente una estrategia para que nuestras voces se escuchen”, afirma.

Sobre las críticas al proceso de recuperación de tierras, Huenchullan apela al sentido de justicia y de reivindicación histórica de su pueblo. “Tampoco estamos pidiendo que el particular, dueño legal de los predios, no se le page. Al contrario, estamos solicitando al gobierno que se le indemnice. Solo así podremos solucionar los problemas de la comunidad. Necesitamos respuestas, soluciones, no queremos más heridos”, sentencia.

Al igual que muchos jóvenes Huenchullan se vió obligada a migrar a la ciudad para buscar mejores oportunidades educativas. Ella explica que los jóvenes que se quedan en la comunidad tienen en la agricultura su único medio subsistencia y que debido a la escasez de tierras y empleo, esto es bastante inestable. Los que deciden migran a la ciudad también enfrentan duras condiciones.

“Hay mucha discriminación contra los niños y jóvenes indígenas. No los respetan igual que a los otros. Desde la fuerza policial hasta el profesor, los niños y jóvenes Mapuches no somos considerados como iguales. Sino lo que pasó en Collipulli hubiera trascendido inmediatamente. Hay mucho racismo y discriminación en Chile”, señala.

De vuelta en Temucuicui ella y los jóvenes de la ATM han gestionado nuevas oportunidades para los niños de su comunidad. “En 2011 hemos logrado un convenio con la Municipalidad de Ercilla, para construir un liceo. También estamos generando otras iniciativas económicas”, comenta.

“Lo único que buscamos los indígenas es que no se nos perjudique, que tengamos oportunidades, una economía estable, que no haya pobreza, que los niños tenga una buena educación, que puedan pararse frente a otra persona con estudios y que estén en igualdad de condiciones”.