Recordando los 12 años de la adopción de la DNUDPI, los derechos de los pueblos indígenas aún son agenda pendiente como nos demuestra la lucha de nuestros hermanos de Hawái. En mi calidad de integrante experta del Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas, expreso mi solidaridad con la lucha de los pueblos indígenas de Hawái que defienden su montaña sagrada, Mauna Kea, ante la decisión del gobierno estatal de permitir que se construya un telescopio en dicho lugar.
La construcción del Telescopio de Treinta Metros vulneraría los derechos territoriales, culturales y espirituales de los pueblos indígenas de Hawái. Según la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (DNUDPI), los pueblos indígenas tienen el derecho a “ser dueños de sus tierras y recursos y a desarrollarlos” y el “derecho a su especial e importante relación espiritual con sus tierras, aguas y recursos y a legar estos derechos a futuras generaciones”. Además, el Foro Permanente en su 17° Periodo de Sesiones, párrafo 38, pidió a los Estados “reconocer los derechos colectivos de los pueblos indígenas a las tierras, los territorios y los recursos” e instó “a adoptar medidas inmediatas para el ejercicio de esos derechos”.
Para los pueblos indígenas del mundo, el desarrollo y el futuro de nuestras culturas está directamente vinculado al territorio. Preservar el vínculo cultural y religioso con Mauna Kea es un derecho de los pueblos indígenas de Hawái que está reconocido en el derecho internacional. El artículo 12 de la DNUDPI es muy claro al respecto: “Los pueblos indígenas tienen derecho a practicar sus tradiciones espirituales y religiosas. Los gobiernos, junto con los pueblos indígenas, asegurarán que los pueblos indígenas tengan libertad de practicar, proteger y reavivar y mantener vivas sus tradiciones culturales, espirituales, religiosas y de conocimientos”. Al permitir la desacralización de Mauna Kea, y la vulneración de su biodiversidad y ecosistema, e impedir que los pueblos de la zona ingresen para llevar a cabo sus prácticas espirituales, el gobierno ignora los derechos antes mencionados.
Exhortamos al Gobierno Federal de los Estados Unidos y al Gobierno Estatal de Hawái a tomar en consideración los compromisos asumidos a nivel internacional en materia de derechos humanos y, en particular, de derechos de los pueblos indígenas, y respetar y promover los derechos de los pueblos indígenas de Hawái a practicar sus tradiciones culturales y religiosas, para lo que es fundamental que se preserve Mauna Kea. Les pedimos reconocer y respetar los derechos de los pueblos indígenas de Hawái sobre su territorio ancestral y revisar la situación de los derechos territoriales de los pueblos indígenas en el país, sobre todo con respecto a los territorios sagrados.
Con el fin de promover la paz y la reconciliación entre los gobiernos y los pueblos indígenas, los alentamos a entablar un diálogo participativo con los protectores para buscar soluciones al conflicto, en el que se encuentren representadas todas las partes interesadas. Igualmente, es necesario que se respeten los derechos humanos de los protectores y que se garantice que las protestas no tengan consecuencias nefastas, sobre todo en vista de los últimos encarcelamientos a manifestantes.
Además, alentamos a los medios de comunicación a que, en respeto al derecho que tienen los pueblos indígenas de que sus culturas y tradiciones sean representadas adecuadamente, ejerzan la comunicación responsable y eviten los informes parcializados que demonicen a los pueblos indígenas y los representen como obstáculos para la ciencia y el progreso, fomentando así el odio y la discriminación.