Exigen a sus países reducir las brechas de desigualdad y mejorar la calidad de vida de las poblaciones indígenas.
Lideresas indígenas participan en conferencia mundial de la mujer organizada por la ONU.
El racismo y la discriminación de género se entrelazan en nuestras sociedades y por ello son las mujeres indígenas el sector de la población que lleva la peor parte.
Así lo señalaron lideresas integrantes del Enlace Continental de Mujeres Indígenas de las Américas, ECMIA, el pasado martes 13, en el marco del quincuagésimo noveno período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer que termina este viernes en Nueva York.
“Si queremos hablar de inclusión y ser inclusivos tenemos que compartir el escenario con todas las diversidades y desarrollar el respeto entre nosotros”, recomendó a los Estados la peruana Tarcila Rivera Zea, presidenta de CHIRAPAQ, Centro de Culturas Indígenas del Perú.
Rivera indicó que si bien los países deben promover el respeto de los derechos humanos de la mujer, en el caso de las indígenas, estas también cuentan con derechos colectivos en relación a sus culturas y territorios.
Para la joven lideresa de Perú, Tania Pariona, “todavía hay brechas en el empoderamiento de indigenas y no indígenas”.
Pariona indicó que las lideresas jóvenes demandan participar en toda mesa de discusión sobre temas que tienen que ver con “los derechos de nuestros pueblos y la pervivencia de nuestras culturas”.
“Las mujeres en América Latina enfrentan grandes retos para obtener hasta los derechos humanos más básicos. Esto se magnifica en el caso de las indígenas”, denunció la lideresa del pueblo Wayuu de Venezuela, Karmen Ramírez.
Ramírez manifiesto que sin programas educacionales y de asistencia legal, todos los programas para la protección de las mujeres indígenas serán inefectivos.
“Incluso si estas barreras fueran superadas, las mujeres en nuestras comunidades son estigmatizadas y excluidas por sociedades extremadamente patriarcales”, concluyó.
Las declaraciones se realizaron en el marco de un diálogo intergeneracional organizado por ONU Mujeres.
El espacio tuvo por objetivo fortalecer los lazos entre jóvenes activistas comprometidos con la igualdad de géneros con líderes mayores de la llamada “generación de Beijing”, quienes participaron en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en 1995.
Durante el encuentro, los participantes evaluaron los avances y desafíos en los últimos veinte años y las estrategias y perspectivas que pueden acelerar el logro de la igualdad de género para el 2030.
Tania Pariona (Perú)
Tarcia Rivea Zea (Perú)
Karmen Ramírez (Venezuela)