Unos 6 mil indígenas se niegan a abandonar sus territorios, y han advertido que planean resistir el desalojo ‘hasta la muerte’.
La Relatora especial sobre los derechos de los pueblos indígenas, Victoria Tauli-Corpuz, expresó su profunda preocupación por los informes de que la policía está a punto de desalojar por la fuerza guaraníes kaiowá y los pueblos indígenas de sus tierras tradicionales, en el Estado de Mato Groso do Sul, en el oeste de Brasil.
A través de un comunicado público, Tauli-Corpuz, ha instado al Gobierno de Brasil «para asegurar que los derechos humanos de los indígenas guaraníes kaiowá y se respeten plenamente, en estricto cumplimiento de las normas internacionales que protegen los derechos de los indígenas pueblos”.
Según los informes, agentes de la policía civil llegaron a un número de comunidades indígenas el sábado 8 de agosto. Aunque los desalojos no tuvieron lugar, las comunidades temen que la presencia de la policía e indican que existen la intención de llevar a cabo las órdenes de desalojo emitidas en julio de 2015 por los Tribunales Federales.
«Los pueblos indígenas no deben ser reubicados por la fuerza de sus tierras o territorios,» dijo Tauli-Corpuz, recordando la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
Teniendo en cuenta la situación actual de inseguridad y desconfianza en el Estado de Mato Groso do Sul, incluyendo larga data problemas no resueltos sobre la propiedad de las tierras tradicionales, y los patrones actuales de violencia, temo por la seguridad y protección de los pueblos indígenas afectados”, subrayó.
El pueblo guaraní kaiowá ha participado en una continua lucha de décadas para recuperar sus derechos sobre las tierras ancestrales que están ahora en gran parte bajo el control de los ocupantes no indígenas.
Esto ha dado lugar a violentos ataques en curso contra las comunidades indígenas de las milicias supuestamente pagados por los agricultores y propietarios de tierras no indígenas, que tienen intereses comerciales muy importantes en la región, en gran parte relacionada con los agronegocios a escala industrial.
Según se informa milicias se están desplegando para atacar e intimidar a las comunidades, en una campaña para sembrar el terror psicológico y asegurar las comunidades cumplan con el desalojo. Esto es al parecer parte de un patrón de conflicto de larga data y la violencia entre las comunidades y los propietarios de tierras indígenas, lo que ha llevado a más de 290 personas guaraníes kaiowá y, entre ellos líderes, siendo asesinados desde 2003.
Durante siglos, estos pueblos han vivido en el Estado de Mato Groso do Sul. La capacidad de vivir en sus tierras tradicionales, ha, reducido sin embargo en el último siglo. En la década de 1920 muchas comunidades indígenas fueron desplazadas por la fuerza por el Estado a los llamados “Reservas de Indios”. En la década de 1940, otros fueron desplazados lejos de sus tierras tradicionales para dar paso a los colonos no indígenas que llegaron a la zona para participar en la agroindustria a gran escala.
Hoy en día, muchos guaraníes kaiowá siguen luchando para el reconocimiento oficial de sus tierras tradicionales, y residir allí, a pesar de que se enfrentan a crisis humanitarias en términos de acceso a los alimentos, agua potable y servicios de salud.
Fuente: ONU / Foto: Ruy Sposati, CIMI.