Transformaron actividades cotidianas en un negocio lucrativo y se congregarán en Lima para intercambiar experiencias.
Demandan que gobiernos locales y regionales promuevan acceso a financiamiento y capacitación.
Más de treinta mujeres microempresarias de los pueblos Xavante, Maya, Quechua, Aymara, Shawi y Yanesha, provenientes Brasil, Guatemala y Perú, se reunirán en Lima el próximo 30 de Junio durante un encuentro internacional en el que exhibirán todas sus creaciones y productos.
La transformación de leche en derivados como el queso y el yogurt, la siembra de productos nativos como la papa y el aguaymanto y la creación de artesanías con algodón y tintes naturales, son algunas de las ocupaciones tradicionalmente realizadas por estas mujeres andinas y amazónicas, quienes, a través del aprendizaje de técnicas de producción y comercialización, han encontrado en ellas un medio para generar un ingreso sostenible que les permita salir de la pobreza.
A la cita asistirán además autoridades locales y regionales de Ayacucho, Cusco, Loreto y Pasco, así como representantes del Ministerio de Agricultura y el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, con quienes las asistentes debatirán la creación de políticas públicas de apoyo y fomento a las microempresas lideradas por mujeres indígenas, a fin de lograr la autonomía económica de este sector.
La asociación CHIRAPAQ, Centro de Culturas Indígenas del Perú y el Fondo para la Igualdad de Género de ONU Mujeres, organizadores del encuentro, han desarrollado en los últimos años un importante esfuerzo de apoyo a emprendedoras indígenas. La jornada servirá para conocer experiencias exitosas y compartir buenas prácticas para fomento del autoempleo. La misma se realiza también con la participación del Enlace Continental de Mujeres Indígenas de las Américas, ECMIA.
En el marco de la jornada se presentara los resultados de un reciente estudio, realizado en Perú y Guatemala, que prueba el alto valor económico del trabajo no remunerado de las mujeres indígenas, así como la discriminación y las inequidades que enfrentan en relación al trabajo que realizan en el hogar.
En la mayoría de los países de América Latina las mujeres indígenas trabajan desde muy temprana edad en el cuidado de los niños, las tareas domésticas y las actividades agrícolas o de recolección, en jornadas de más de nueve horas, sin recibir ningún tipo de ingreso monetario, y en ocasiones, sin derecho alguno sobre el uso de la tierra. Sin oportunidad de acceder a una buena educación, aquellas que migran a las ciudades encuentran en el trabajo doméstico la única posibilidad de empleo remunerado, perpetuándose una clara posición de desventaja frente al resto de la sociedad.
Entre los países de esta región, el Perú, destaca por contar con mayor cantidad de mujeres indígenas que viven en esta situación de dependencia económica. Según la CEPAL, las mujeres indígenas que no reciben remuneración alguna triplican a las no indígenas, con 21% frente a un escaso 7%, respectivamente. Asimismo, este organismo de la ONU señala que las mujeres indígenas representan al 38% de la población que contribuye en la actividad económica del país.