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24 agosto, 2018

Pese a críticas Latina continúa lucrando con el racismo

Pese a recomendaciones de las Naciones Unidas y a quejas de parte de las organizaciones indígenas y grupos de la sociedad civil, Latina continua perpetuando estereotipos racistas en la televisión.

Foto: Falco Rivera

“Poderoso caballero es don dinero” reza un dicho tan popular como antiguo y es que, si hay algo que brinde ganancias, los filtros como la ética, el respeto o lo “políticamente correcto” dejan de tener validez o son interpretados auténticamente por los ojos de quienes se encargan de pasarnos gato por liebre.

Latina anuncia a lo grande el estreno para la televisión peruana de la película de “La Paisana Jacinta. En Búsqueda de Wasaberto» para este sábado. En la reciente sesión del Comité para la Eliminación del Racismo y la Discriminación Racial de las Naciones Unidas (CERD) de 2017, nuevamente este órgano expresó su preocupación por la reiterada presencia de este personaje y el éxito que tiene en nuestra sociedad, lo cual evidencia un grave problema que no es abordado por el Estado.

La Paisana, como ya ha sido evidenciado en reiteradas oportunidades, expresa una representación negativa de la mujer indígena, reproduciendo y afianzando en nuestra sociedad estereotipos, es decir ideas negativas y denigratorias, sobre el comportamiento y desempeño de las mujeres indígenas.

Pero lo que nos ocupa en esta oportunidad, es que pese a los pronunciamientos internacionales y a una cada vez más amplia sociedad civil que la cuestiona y desmonta los arquetipos y estereotipos sobre las cuales está construida la Paisana, Latina continúa manteniendo al personaje en el aire e invirtiendo en publicidad para el estreno de su película. La razón es simple. Jacinta vende. Las estadísticas de asistentes a la proyección de su primera película nos hablan de una popularidad incuestionable.

El racismo tiene que ver con la manera como se construye las relaciones de poder y representación. En líneas generales, se trata en cómo tratamos al otro, al diferente, al que no forma parte del grupo de quien tiene el poder o la capacidad de decisión. Estas relaciones se entrelazan con nociones como las de raza, etnia, clase o rango social, conformando un conjunto muy diverso y perverso de exclusiones que impiden tratarnos como iguales y en donde existe un elemento clave o catalizador, el dinero.

Mientras el dinero sea el filtro de las preferencias y los gustos sociales, de darle a “lo que le gusta a la gente” porque lo va a consumir y de paso aprovechar esa audiencia para venderle ideas, gustos y preferencias por tal o cual marca, comportamiento o actitud, el avance hacia la construcción de una sociedad de ciudadanas y ciudadanos que se respeten en su diversidad, demandará que estemos volviendo una y otra vez sobre este tipo de problemas.

Jorge Benavides, el creador de la Paisana Jacinta señala que quienes la critican ganan dinero o se hacen más populares. Nos permitimos diferir con respeto. Resulta cruel que Benavides gane dinero, se lucre y se construya popularidad a partir de la denigración del diferente y las mujeres indígenas tengamos que callarnos por ese dicho infame tan popularizado en nuestra sociedad. «Quien se pica, pierde».