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29 noviembre, 2012

Sanación colectiva mediante el arte

El teatro para la sanación colectiva en situaciones de conflicto, explicado por Ana Correa, miembro del Grupo Cultural Yuyachkani.

Ana Correa, miembro del Grupo Cultural Yuyachkani brindó dos ejemplos del uso del teatro para la sanación colectiva en situaciones de conflicto. Ella participó junto con antropólogos, psicólogos y líderes indígenas en el Foro Internacional “Las artes indígenas en la superación de las violencias”.

Rosa Cuchillo

Basado en el cuento de Oscar Colchado Lucio
Acción Escénica: Ana Correa
Dirección: Miguel Rubio Zapata

Un rito de purificación, limpieza y florecimiento a la usanza tradicional de algunos pueblos de los Andes del Perù. Es la historia de una causa de amor. Rosa Cuchillo es la madre que busca mas allá de la muerte a su hijo desaparecido, recorriendo los otros mundos (el Mundo de Abajo “Uqhu Pacha” y el Mundo de Arriba “Hanaq Pacha”). Su retorno a esta tierra ( el “Kay Pacha”) busca armonizar la vida y a través de la danza ayudar a que la gente pierda el miedo y empiece a sanarse del olvido.

La acción escénica fue creada en el 2002 para ser confrontada en Mercados Andinos del interior del país. “Rosa Cuchillo” irrumpe en el cotidiano de los pobladores y los sorprende en un dialogo con la teatralidad a través de la fábula, la danza, el rito, la fábula, lo concreto, lo onírico, la imagen y la música, buscando remover la memoria para generar una nueva mirada a la historia vivida en los últimos 20 años en el Perú.

Rosa Cuchillo

Kay Punku

Actrices creadoras: Ana Correa y Débora Correa

Acción Documentada, de Ana Correa y Débora Correa; basada en los testimonios de las mujeres de Ayacucho, Huancavelica, Huanuco y Apurímac, víctimas de violencia sexual en los años de guerra interna. Una puerta parada sola. Delante una sombra de 35 piedras tiradas en el suelo. Al costado una campana cuelga del techo. Sentada la Mujer de la Puerta frente a su yo testimoniante, la narradora.

Las mujeres que se atrevieron a contar estas historias fueron abandonadas por sus esposos, señaladas por la comunidad, acusadas de haber buscado y provocado a sus perpetradores. Fueron acusadas de mentirosas por el poder judicial. Durante todos estos años fueron declarados 35 niños. Ningún padre ha firmado como declarante, solo llegaron a declarar madres y abuelas.

Kay Punku by Centro de Culturas Indígenas del Perú on Scribd

Fuente: Grupo Cultural Yuyachkani